Celebra casi 100 años de operaciones en el país

Desde la apertura de la primera planta de montaje y acabado de automóviles en la calzada de Balbuena en la Ciudad de México en 1925, Ford ha sido un pilar de innovación y progreso en la industria automotriz mexicana. En noviembre, celebra los aniversarios de las plantas de Cuautitlán, Hermosillo y Chihuahua en noviembre,

Planta de Ensamble y Estampado de Cuautitlán, cumplió este 4 de noviembre 60 años de operaciones, mostrando capacidad de innovación y adaptación constante para mantenerse competitiva en el mercado automotriz. Desde 2020, es responsable de la producción de Mustang Mach-E, el primer vehículo 100% eléctrico de producción masiva hecho en México que se exportan a más de 41 países.

Esta producción requirió una renovación del 80% de su infraestructura para integrar la Manufactura 4.0, que incluye digitalización de procesos con sensores, sistemas de análisis de datos, uso de robots de última generación e interconectividad entre máquinas y procedimientos a lo largo de toda la cadena de producción.

En cuanto a la formación técnica de los empleados, se han utilizado herramientas de Realidad Virtual y Realidad Aumentada, así como impresoras 3D AV logrando una reducción de costos en herramental de un 70%.

Planta de Ensamble y Estampado de Hermosillo

Con 38 años de operaciones, la planta logró este año al producir su vehículo número 7 millones: una Ford Bronco Sport Azul. Desde su apertura el 14 de noviembre de 1986, destaca su calidad global gracias por el talento de su personal, uso de tecnología avanzada y un sistema de manufactura flexible. Inicialmente, la planta se enfocó en sedanes como Ford Mercury Tracer y Escort, ampliando su producción a modelos como Ford Fusion y Lincoln MKZ, lo que la convirtió en pionera en la producción de modelos híbridos en México.

Incorporó mejoras tecnológicas significativas modernizado su área de carrocería en un 90% y ha implementado un Centro Especializado de Pintura.

Chihuahua: el motor del mundo

En tanto, eomplejo de Motores de Ford en Chihuahua, inició operaciones el 24 de noviembre de 1983 para producír el motor Penta de cuatro cilindros. Este motor se convirtió rápidamente en el corazón de los modelos icónicos de Ford de la época, como Tempo y Topaz. Gracias al éxito y la calidad de sus productos, Ford invirtió en la ampliación de la planta para producir el motor Zetec, utilizado en modelos como Ford Contour y Ford Escort.

Con el cambio de milenio, la planta de Chihuahua continuó su evolución, produciendo motores Duratec I-4 de alta tecnología, que han impulsado vehículos como Ford Escape Híbrida y Ford Transit. En 2009, se construyó una segunda planta para la producción de motores diésel, que se utilizan en camiones como Ford F-250, la cual ha estado rompiendo récords constantemente de producción. En 2018, Ford inauguró una tercera planta para producir motores de gasolina de nueva generación, posicionando a México a la vanguardia de la producción automotriz en Norteamérica.